Te pasas la vida llenándote de gloria y en solo un día, caes en el descrédito.
La coherencia es lo que crea la confianza en nosotros, el devaneo todos lo ven, aunque en silencio te brinden una copa y no te lo digan.
La vida digna se le pasas a los hijos, a los vecinos, al ambiente, nadie quiere a su lado a quien no es capaz en la vida de sostener un timón en medio de la tormenta o en un cambio de mando, la coherencia y la integridad son la base del próximo capítulo de la vida.
Eres o no eres, así de simple y si de pronto has de jugar un rol consensuado, y no quede más remedio porque algún deber te llama, aclara siempre a quien debas lealtad, amor u algo parecido, a quien te dió confianza y te ayudó a crecer, porque el silencio no quiere decir ausencia de señalamiento e incluso, el mutismo de tus alrededores es la señal de que has fracasado, de que solo lo peor te tendrá en cuenta pues, lo mejor de la sociedad gusta de los honestos, los íntegros, porque son los confiables.
Hay que lavar los trapos al sol, no importa si de pronto tengas que andar desnudo, pues es peor cubrirte de un manto hipócrita, simulador, arribista pues al final, la gente sabe.
Hay decisiones en la vida que son duras pero hay que tomarlas, porque así como Judas se vendió por 40 monedas y Brutos agredió Al Cesar, Julio y Jesús sabían que además de ellos, caídos en desgracia, muchos otros continuarían un legado de gloria.
No busques de Dios si no eres capaz de leerte a ti mismo los versículos y aplicártelos, la dignidad es sagrada y si la pierdes, puedes morirte en tentación y millonario pero no valdrás más que el propio peso en libras de tu piel y tu cuerpo… tu legado muere antes que el día último de la existencia si juegas a creer que los demás, juegan lo mismo que tu.